Crónicas del coronavirus 3. Libres y salvajes
Milena Gobbo
Los dibujos de Eva son un reto para mí. Quiero saber interpretarlos bien, aunque a veces es difícil. Los artistas son así. Recuerdo cuando un arquitecto me explicó el significado del Monumento a la Constitución que está delante del Museo de Ciencias Naturales en Madrid. No le veía ningún sentido. Hasta que me explicaron que el cubo de aire imaginario que está en el centro del monumento representa a la Constitución, que debe ser igual de visible para todos (por eso se puede ver exactamente igual desde cualquiera de los lados del cubo), e igual de accesible para todos (por eso hay escaleras desde todas partes, incluso desde el techo). Igual para todos. Accesible para todos. Desde entonces veo al cubo (y a la Constitución) de otra manera.
También estoy viendo esta época de otro modo con los dibujos de Eva. Les doy un hilo conductor cómo a mí me parece y disfruto dando vueltas a como contar una “historia” con ideas que han surgido en su cabeza de modo inconexo. No sé si lo consigo.
Hoy, el conjunto de dibujos me ha llevado a una especie de rebelión interna. A no sentir que la libertad me la han limitado sino todo lo contrario. La libertad es algo potente que llevamos dentro. Se puede ser libre en una cárcel. Se puede ser libre en un estado totalitario. Seamos libres. Libres y salvajes, en el sentido bonito de la palabra.
1. El circo
La sanidad es un circo. El orden es imposible. ¿Es imposible? Es un circo, es cierto. Un circo de muchas pistas dónde parece que todo sucede a la vez, sin orden ni concierto, pero en este aparente caos hay un orden mayor del que parece. Hay una precisión milimétrica que no tiene que ver con el “orden establecido”. Tiene que ver con esa Cruz Roja en lo alto. Tiene que ver con el encaje de muchas piezas que de forma espontánea se aglutinan y forman un orden nuevo. Pasen y vean… la función va a comenzar: y tendrá un gran y apoteósico final. CONFÍA.
2. Vuela
Hay tantas maneras de volar. La publicidad nos decía “tienes alas: vuela”. Tenemos alas. Las alas de la imaginación. Las alas que nos llevan fuera de ese hoyo en el que parece que estamos metidos. Aire, cantaba Mecano. Sueña que eres aire. Vuela con tu sueño. No hay que tirarse por la ventana para volar. (Nota mental de la psicóloga que llevo dentro: no busques soluciones permanentes para problemas temporales, no importa lo horrible que parezca un momento de la vida, ese momento pasa y llegan otros que no conocemos, ¿no te da curiosidad??). Sé libre. VUELA.
3. Amor en equilibrio
Qué difícil se nos ha puesto amarnos. Estamos acostumbrados a amar con todo el cuerpo. A querernos con abrazos y besos. A expresar sentimientos tocándonos, mordiéndonos, acurrucándonos. ¿Distancias a los amantes? ¿se puede pedir algo más difícil, casi imposible? Tenemos que hacer equilibrios, buscar los modos de llegar a esa persona que lo es todo para nosotros. Equilibrios para seguir amando sin caernos. Pero de una manera o de otra, el amor todo lo puede. AMA.
4. Morderse los labios
¿Por qué callar? ¿Por qué no decirlo? ¿Por qué no destruir los muros? Qué buen momento este para dejar de guardarse dentro las cosas por decir. Las buenas y las malas, las que se nos han quedado dentro. Este tiempo regalado de ocio e introspección, quizás nos permita romper muros. Decir lo que queremos a los que queremos. HABLA.
5. En un puño
Sé que parece que estemos en una cárcel. Un lugar del que queremos salir desesperados. Tenemos el corazón en un puño, el estómago en un puño, la cabeza en un puño. Desesperados, constreñidos. Queremos salir de aquí… AGUANTA.
6. Destilando vida
Pero todos los días, la cita a las 8 de la tarde nos abre la ventana y nos recuerda que el mundo no es tan pequeño. Abrimos el corazón, y las tripas y el cerebro al mismo tiempo que la ventana y dejamos caer sobre nosotros el destilado de esperanza que representa saber que el mundo no se ha parado, que el mundo no está fuera, que el mundo sigue, detrás de todas esas ventanas que destilan vida. Y el puño se abre. SONRÍE.
7. Fumigar la Tierra
La Tierra nos lo estaba pidiendo a gritos: “Que ya no puedo más”. Y parece que este virus ha venido a fumigar la Tierra. No la estamos fumigando nosotros con nuestras nubes de desinfectantes. No. Es el virus el que está fumigando el planeta gracias a los efectos colaterales del confinamiento. La tierra se está dando un respiro de nosotros. De nuestros coches, de nuestras fábricas, de nuestra actividad. Que somos un virus bastante molesto. Sin nosotros, la tierra coge aire. Hazlo tú también. Sal a tu ventana. RESPIRA.
8. Libre y salvaje
Sin nosotros, la naturaleza vuelve a ser libre y salvaje. Recorre las calles y se metamorfosea. Nos recuerdan que somos como ellos. Ni mejores ni peores. Supervivientes. Luchadores. Seres vivos. Volveremos a recorrer las calles gloriosos, libres, vivos, pero renovados, distintos, ¿mejores? Sea como sea. VIVE.