¿Eres paciente?
Padecer una enfermedad reumática puede alterar nuestra vida de un modo importante, y no siempre nos encontramos en la mejor predisposición psicológica, social y profesional para hacer frente al diagnóstico, tratamiento y pronóstico de la enfermedad.
Tanto el dolor asociado a la enfermedad reumática como el temor a la discapacidad, las dificultades de trasmitir a la familia o en el trabajo nuestra situación, la incertidumbre respecto al futuro, las posibles consecuencias en la esfera sexual, etc, son aspectos que producen en los pacientes reumáticos estrés, depresión, ansiedad y otros trastornos. Todo ello agrava los síntomas de la enfermedad y dificulta una buena evolución. El apoyo psicológico permite mejorar el diagnóstico clínico y realizar una intervención adecuada.